La misión Gaia, lanzada en diciembre de 2013, superó todas las expectativas iniciales. Durante sus 11 años en el espacio, recopiló más de tres billones de observaciones, mapeando la posición, movimiento y composición de más de dos mil millones de objetos en nuestra galaxia.
Equipado con tres instrumentos principales, Gaia ha logrado determinar con precisión las posiciones estelares, medir velocidades radiales y analizar características estelares como la masa, lo que ha permitido construir el mapa tridimensional más completo de la Vía Láctea.
Sin embargo, el camino no estuvo exento de desafíos. Gaia enfrentó impactos de micrometeoritos y tormentas solares que alteraron temporalmente sus operaciones. A pesar de ello, la nave demostró una extraordinaria capacidad de recuperación, continuando con su misión sin mayores contratiempos.
Entre sus logros más destacados, Gaia ha trazado las órbitas de más de 150,000 asteroides y descubierto un nuevo tipo de agujero negro invisible, identificado solo por su influencia gravitatoria. Estos descubrimientos han abierto nuevas puertas en el estudio de la astronomía y la astrofísica.
Aún quedan datos por analizar. La próxima publicación, prevista para 2026, incluirá más estrellas binarias y exoplanetas, abarcando 5,5 años de la misión. La publicación final, programada para finales de la década, contendrá los 10,5 años de datos completos.
Aunque Gaia se retira de las operaciones activas, sus contribuciones seguirán impactando la ciencia durante décadas. La ESA ya está utilizando las lecciones aprendidas de Gaia para mejorar las futuras misiones como LISA, que requerirán precisión extrema.